viernes, 20 de febrero de 2015

Columna transversal: Una excelente inciativa

En medio de la multitud de mensajes de esta campaña electoral, pasó casi inadvertida una de las pocas que no ha sido demagógica: el llamado de Roberto Cañas a sus contrincantes en la carrera por la alcaldía capitalina de sentarse y construir un "Pacto por San Salvador". Duele decirlo: nadie le hizo mayor caso, precisamente porque no era altisonante, no era demagógica, sino muy racional. Las propuestas racionales, en tiempo de campaña, tienden a tener poca resonancia.

Roberto Cañas hizo una reflexión muy simple: Esta vez se está eligiendo, por primera vez, un concejo plural. Los que ahora estamos enfrentados, en los próximos tres años vamos a tener que gobernar la ciudad juntos. Ya no estamos eligiendo caciques sino a un alcalde que sepa presidir y hacer funcionar productivamente un concejo incluyente que refleje la voluntad de todos.

"Ninguna fuerza por si sola puede imponer su propia visión ni un programa único, y las transformaciones que la capital necesita no pueden salir adelante sin llegar a consensos básicos. Es una necesidad imperiosa lograr acuerdos que coloquen el interés general por encima del interés de cualquier partido político, que permitan sacar adelante San Salvador", escribió Roberto Cañas en su propuesta a los otros cinco candidatos.

Claro, con frases así no se ganan elecciones, y Roberto Cañas seguramente lo sabe. No está en esta carrera para ganar sino para introducir en esta campaña la racionalidad de una izquierda no populista, sino profundamente democrática. Por esto hizo la propuesta del "Pacto por San Salvador", y precisamente por esto el otro candidato que finge representar la izquierda ni siquiera le contestó.
Hay un patrón en esto: Bukele, que es un candidato sin ninguna trayectoria de vida o trabajo que lo certifique ser de izquierda, sino más bien representa la continuidad del pacto que en 2009 el grupo empresarial dirigido por Tony Saca hizo con el FMLN para crear un nuevo grupo económico y político hegemónico, puede sentarse a discutir con cualquiera, menos con el único candidato de izquierda en esta disputa. Por esto ha evadido cualquier formato de foro o debate donde tendría que enfrentarse a las posiciones de izquierda democrática y racional que representa Cañas.

Los candidatos de la derecha no tienen este problema, y como era de esperar, han reaccionado positivamente a la iniciativa de Roberto Cañas. Deberían hacerla realmente suya y promoverla, y sí en última instancia firmar el Pacto, aunque Nayib Bukele y el FMLN se nieguen a participar. De todos modos, Nayib Bukele no ha apostado al concepto del concejo plural, ni siquiera se incluyó en la lista de concejales. Bukele y el FMLN, nuevamente se evidencia, apuestan únicamente a un gobierno municipal dominado por ellos y no ven ninguna necesidad de concertación. El discurso de la superación de la polarización, que Bukele heredó de Tony Saca y UNIDAD, es sólo esto: discurso. Igual que en la caso de Saca, para Bukele unidad significa que sectores de la derecha y del empresariado se incorporen a su proyecto político y empresarial y no la construcción de acuerdos entre todos. Como dijo Tony Saca: Yo soy Unidad.

Regresemos a la apuesta que Roberto Cañas hace a la racionalidad y al pluralismo: Viendo los diferentes planes de gobierno de los seis candidatos, pareciera fácil construir esta visión común. Tanto en el diagnóstico como en las soluciones que ofrecen los candidatos, hay mucho más coincidencias que contradicciones. Si cada uno (y sus respectivos partidos) tomara en serio sus propios planes, y no como instrumentos de campaña para engañar a la ciudadanía, debería consensuar un "Pacto por San Salvador", hacerlo público, y hacerlo suyo en el futuro concejo plural de la capital, gane quien gane el cargo de alcalde. Con su iniciativa audaz y racional, Roberto Cañas ha mostrado que su candidatura como representante de izquierda no es una locura quijotesca sino un gran aporte a la democracia.

(El Diario de Hoy)